“Más todo bien que no esté injertado en un sentimiento moralmente bueno no es más que pura apariencia y deslumbrante miseria”.
Emmanuel Kant
La libertad es un valor que posibilita al ser humano por decisión propia asumirse como tal, el brócoli no tiene alternativas es solamente brócoli, las sillas son sillas, pero el ser humano tiene todas las posibilidades en cada instante de su vida que un ser libre puede tener ante sí y debe decidir responsablemente entre ellas; nos dicen algunas doctrinas humanistas: hemos sido arrojados en este mundo para ser libres, somos seres en situación y en los seres humanos esa libertad está acotada por múltiples factores: ambientales, religiosos, sociales, culturales, legales, morales, etc. pero no por ello dejamos de ser libres desde el punto de vista humano, las posibilidades están allí siempre, podemos decidir cumplir una ley o no, todos tenemos la posibilidad de ser asesinos ¿por qué no lo somos? Seguramente no solo porque existen leyes que castigan el asesinato, porque, a pesar de esas leyes algunos lo son; nosotros no lo somos porque esas acciones atentan contra nuestro “querer ser humano”, son acciones deshumanizantes que nos animalizan o nos cosifican, y eso no es lo que deseamos como seres humanos desde la profundidad de nuestro ser; lo que en realidad queremos es ser más humanos, es un querer ser que nos mueve hacia la búsqueda de la excelencia en lo humano, ser cada día mejores. Cuando pensamos en las cosas que queremos, podríamos hacer una gran lista, pero si agudizamos nuestro criterio y pensamos sólo en lo que verdaderamente es importante y por tanto lo que realmente deseamos nuestra la lista será mucho más pequeña de lo que hoy imaginamos, se reducirá a esa única cosa que queremos los seres humanos, “ser”.
¿Entonces somos libres y podemos hacer lo que queramos? En principio sí, pero recordemos que somos seres en situación, nuestras decisiones están acotadas por lo que realmente queremos, también por lo que realmente debemos o no hacer, porque al ejercer nuestra libertad podemos comprometer la libertad de los otros y porque en última instancia tendremos que asumir responsablemente las consecuencias de esas decisiones. Yo interpretaría desde Kant: si la libertad no está injerta en un sentimiento moralmente bueno no es más que pura apariencia y deslumbrante miseria.
Es falso que los seres humanos deseen una libertad sin ataduras, porque aunque parezca irónico esas ataduras son garantes de su libertad, y lo son porque le permiten confiar. Todo el tiempo confiamos, confiamos en que la persona que esta atrás de nosotros en la fila no nos va a apuñalar, confiamos que el edificio al que ingresamos está bien hecho, que algún ingeniero revisó su construcción apegada a ciertas normas, confiamos que el avión al que nos subimos cumple también con ciertas normas de construcción y operación, cuando conducimos un auto por la carretera confiamos nuestra vida a una raya blanca sobre el pavimento y nunca nos detenemos a pensar en ello. Es por esto que hoy más que nunca México debe recuperar sus sólidas bases morales, religiosas, legales etc. desde las propias familias para que todos a través de esas ataduras aparentes, podamos recuperar esa parte de libertad que hemos perdido.